id Mi cuerpo: ideas rápidas sobre el cuerpo humano. ¿Puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo?, ¿conviene conceder al cuerpo todo lo que desea?
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MI CUERPO
1. ¿Puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo? Uno puede hacer con su cuerpo y con su alma muchas cosas, pero no todas serán acertadas. Podemos escoger, pero esas elecciones no son indiferentes: cada decisión nos mejora o empeora. Una persona puede suicidarse o drogarse, pero no debe hacerlo. Uno puede mutilarse o emborracharse, pero no debe hacerlo (libertad).

2. ¿Pero mi cuerpo es mío, y hago con él lo que quiero? Ante esto surge una pregunta: ¿realmente quieres perjudicarte a ti mismo? El cuerpo forma parte de nosotros, no es algo exterior a uno: somos alma y cuerpo al mismo tiempo. Así, dañar al propio cuerpo es dañarse a sí mismo. El perjuicio para el cuerpo es perjuicio de la persona. El respeto y dignidad del cuerpo son respeto y dignidad para la persona.

3. El motivo principal para respetar el cuerpo es la gloria de Dios: quien respeta su cuerpo trata bien algo que Dios ha creado. Y al revés, quien desprecia su cuerpo ofende al Creador, pues descuida algo que Él aprecia. El Señor ama a cada persona y los daños a cada uno son ofensas a Dios.

4. ¿Conviene conceder al cuerpo todo lo que desea? No, no. Eso sería un deterioro serio para la persona:

  • Muchas veces deseamos cosas equivocadas. Debemos distinguir si lo que apetece es realmente bueno o no.
  • Quien se concede todos los gustos (placeres) se vuelve flojo y caprichoso. Para que la voluntad no se debilite ni sea esclava de las apetencias, conviene entrenarse a dominar el propio cuerpo.
  • Muchas veces los sufrimientos físicos son un bien para el alma y para la persona, y por esto también son buenos para el cuerpo.
  • Los sacrificios corporales sirven de penitencia por nuestros pecados, y son camino directo para seguir los pasos de Cristo en la Cruz.
5. ¿Los sufrimientos físicos son un bien para el cuerpo? Aparentemente no, pues precisamente el cuerpo sufre. Pero en realidad el cuerpo ni sufre ni goza -véase un cadáver-; quien padece es la persona. Y la persona puede ser feliz en medio de dolores físicos si sabe que está adquiriendo un gran bien. Por ejemplo, un mártir sufre mucho, pero gana la felicidad. Su dolor corporal momentáneo es fuente de gozo eterno para él -alma y cuerpo-.

6. ¿Cómo acertar? Se plantea un problema: por un lado se debe tratar al cuerpo con respeto, por otro conviene sacrificarse y tomar la Cruz. ¿Cómo acertar? Buscando el bien de la persona. ¿Y cuál es?: coincide con la voluntad de Dios pues el Señor siempre desea lo mejor para nosotros. Como orientación general, mejor tratar al cuerpo con firmeza.

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