id | La caridad: ideas rápidas sobre la caridad. ¿Qué es la caridad?, ¿hemos de amar a todos?, ¿cómo ejercitar la caridad? |
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LA CARIDAD | |
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A. ¿Qué es la caridad?1. ¿Qué es la caridad? La caridad es la virtud por la que amamos a Dios y al prójimo. En este artículo hablaremos sólo de la caridad con los demás. Y lo primero que nos preguntamos es por el significado de amar, que a veces está confuso pues hay dos tipos de amor.2. Tipos de amor.- Se puede hablar de dos tipos de amor:
4. ¿Por qué hay que amar a todos? Los motivos son variados:
6. ¿Quien ama más? Ama realmente más quien desea un bien de mayor categoría, y el afecto será superior cuando se consiga un bien para otro a costa de un esfuerzo propio mayor. (Esto nos permite apreciar el enorme amor de Jesucristo pues nos consigue el cielo -el bien mayor- a cambio de su propia vida entregada en la Cruz). 7. ¿Obstáculos para la caridad? Los principales obstáculos para la caridad son dos:
8. ¿Hay tentaciones en la caridad? También aquí hay tentaciones. El diablo está interesado en crear odios y aumentar rencillas. Entonces, presenta a la imaginación los deslices ajenos corregidos y aumentados; y para que el tiempo no cure las heridas, se ocupa también el demonio de refrescar en la memoria las afrentas y defectos de los demás. Por esto, además de pensar bien es preciso olvidar desaires. B. ¿Cómo ejercitar la caridad?Se trata de buscar el bien de los demás. Veamos unos ejemplos.1. Pensar bien de los demás.- Evitar las críticas -interiores y exteriores-. Pensar que lo habrá hecho por ignorancia, o por sorpresa, o por desgracia, o la tentación habrá sido muy fuerte. No se trata de ser tontos que se dejan engañar: se toman medidas de seguridad, pero sin rencores ni críticas. Pensar mal llena el alma de amargura, a lo peor contagiosa. 2. Olvidar errores ajenos.- El odio no hace daño al enemigo sino al que odia. Deja en su alma el pecado, en su corazón la amargura, y en sus ojos la falta de sueño. Y mientras tanto el enemigo ni se entera. Así pues, no retengamos enemistades en nuestro corazón. Cuanto más las retengamos, más viciarán nuestro mismo corazón. 3. ¿Es fácil olvidar? No es fácil pasar por alto viejas ofensas porque las heridas en el corazón no cicatrizan enseguida. Quizá alejémonos un poco de quien sea, hasta que con el tiempo aminore la indignación, y llegue poco a poco el olvido de la ofensa . Pero intentando quitarla de la cabeza. Es admisible que un error ocasione un enfado, pero parece excesivo acumularlos de modo que cada nuevo descuido implique echar en cara los anteriores, con una contabilidad digna de mejor causa. 4. Tener en cuenta a los demás. Servirles.- Procurar hacerles la vida más amable, teniendo en cuenta sus sentimientos. Incluso cuando sea preciso exigir -por ejemplo, en la formación de los hijos-, siempre cabe hacerlo con educación, aunque sin ceder cuando no se deba consentir. 5. ¿Cómo acertar en lo que irá bien a los demás? Hay una fórmula práctica para la caridad: atender a todos como se trata a quienes caen bien. Como quien suele caer mejor es uno mismo, la idea anterior es parecida a la que suele llamarse regla de oro de la caridad: "amarás a tu prójimo como a ti mismo". "Tratad a los hombres del mismo modo que deseáis que ellos os traten a vosotros". 6. ¿Tener en cuenta a los que vendrán después? Este caso es muy similar al anterior. Le añade un matiz de futuro, que da mucho juego a la caridad delicada:
8. ¿La caridad más sublime? La caridad más elevada y principal es el apostolado, que consiste en acercar a los demás a Dios. Interesarse por el alma de los demás es hacerles el mayor bien. Y por tanto muestra gran caridad. 9. ¿Y la limosna? La limosna también es un acto de caridad donde se hace un bien a alguien y se ejercita la generosidad propia. En este caso el bien que se comunica es de tipo económico. |
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