id La magnanimidad: ideas rápidas sobre la magnanimidad. ¿Qué es la magnanimidad? Beneficios de esta virtud.
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LA MAGNANIMIDAD

1. ¿Qué es la magnanimidad? La magnanimidad es la cualidad de proponerse metas grandes.

2. ¿Beneficios de la magnanimidad? Con esta virtud se consiguen varios beneficios:

  • Como el ideal es grande, puede hacer el bien a mucha gente. Y sólo esto ya es una ventaja maravillosa.
  • Se cumplen los deberes respecto a Dios, que otorga sus dones para que se desarrollen.
  • Se agrada al Señor, que disfruta con el éxito de sus hijos. Y esto es una idea magnífica para lanzarse.
  • La magnanimidad robustece a las demás cualidades: Quien posee un ánimo grande, capaz de acometer empresas de categoría, es fácil que supere los obstáculos menores de la vida. En consecuencia, esta virtud fortalece el ánimo para cualquier ideal, grande o pequeño.
  • Es mejor hacer el bien que el mal. Es mejor hacer un bien grande que uno pequeño.
  • La magnanimidad mejora la propia dignidad y honor; que también son algo bueno.
3. ¿El honor y la fama son buenos? El honor y la fama son el premio social de la virtud, y es bueno que una sociedad aplauda a quienes se comportan acertadamente, porque así el bien se promueve. No hay que tener miedo a obrar bien sino a obrar mal. Conviene fomentar los mayores bienes y evitar los mayores males.

4. ¿No van unidos al orgullo? Puede suceder que alguien se enorgullezca por sus buenas acciones, pero en este caso lo malo sería el orgullo, no las acciones ni la buena fama alcanzada.

5. ¿Es posible lanzarse a grandes empresas en una vida corriente? Es un asunto más habitual de lo que parece, y hay varios ejemplos:

  • Tener hijos. Algunos matrimonios se conforman con un hijo o dos, y suele decirse que lo hacen para disponer de más dinero, aparatos y comodidades. Puede ser. Pero a veces es simplemente por falta de empuje, por un ánimo encogido. Sacar adelante una familia amplia es una gran misión, y decidirse a ello reclama el ejercicio de la magnanimidad.
  • Casarse (para siempre). Entregar la propia vida a una persona con la que uno se compromete a convivir y amar en adelante. Es una decisión importante que reclama un ánimo grande. Los débiles no quieren compromisos firmes y sólo se unen por un tiempo.
  • Otro ejemplo parecido de magnanimidad es dedicar la vida entera a Dios, aceptando el desafío amable de una vocación.
6. ¿Cómo mejorar en esta virtud? El sistema directo es lanzarse a por grandes proyectos, ejercitando esta cualidad. ¿Y si me excedo proponiéndome ideales que me superan? Pues no pasa nada. Se empieza de nuevo con otra meta y adelante. Intentar fines elevados no sienta mal. Peor es quedarse temeroso en un rincón.

7. ¿Puedo practicar con metas pequeñas? Aquí topamos con una dificultad nueva. Otras virtudes se pueden ejercitar primero en detalles asequibles, para luego pasar a tareas mayores. En cambio, esta virtud se practica lanzándose a grandes empresas, así que las pequeñas metas no son ejercicio de magnanimidad, y parece que no hay entrenamientos fáciles en esta cualidad. Sin embargo, una meta menor puede ser grande para un ánimo encogido, y en este caso sería un progreso en magnanimidad.

8. ¿Más modos de mejorar en magnanimidad?

  • Irá bien contar con apoyos humanos y sobrenaturales. En especial, interesa considerar frecuentemente la filiación divina. Si uno se sabe amado y protegido por Dios, es fácil que se lance a las grandes empresas que el Señor desea.
  • También ayuda el dinero abundante, en cuanto que se dispone de medios para la realización de grandes obras.
  • Cabe avances indirectos, desarrollando las virtudes que favorecen esa actuación. Por ejemplo, ejercitando la constancia, el optimismo, la fortaleza, la fe... En especial, la esperanza.
9. ¿En especial la esperanza? Ambas virtudes se refuerzan mutuamente. El ánimo elevado propio de la magnanimidad incluye la confianza necesaria en llevar a cabo esas grandes cosas que se propone: la magnanimidad fortalece la esperanza. A su vez, la esperanza es requisito para que la magnanimidad actúe: Uno puede desear la realización de grandes cosas, pero no lo intenta si le falla la esperanza.
Un detalle: La esperanza se necesita también para intentar metas pequeñas; mientras que en este caso no interviene la magnanimidad.
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